El cielo se oscurecía esa tarde de domingo,
las noche fría de la espera se acercaba,
"cada día es uno menos" él decía,
y ella, en el silencio,lo soñaba.
Cerró los ojos suavemente
pasó sus manos tibias por su cara,
lo imaginó tendido a su costado
como si entre sueños la acunara.
Logró verlo cuando él se desvestía
y acomodó su cuerpo entre las sábanas
su amo Roble estaba ahí, con ella
y ya...nada mas le importaba.
Abrió sus piernas lentamente
y sintió que su mano la palpaba
un temblor de ardor sentía
mientras todo su ser se preparaba.
La penetró en silencio y muy despacio
sintió sus movimientos, y gozaba
todo su miembro erguido y suave
le hacía recordar quien dominaba.
Y fue un gemido desgarrado
y fue un alarido de placer
ella le dio a su Amo Roble
todo su cuerpo, toda su alma, todo su ser.